En Escaleras Arizona llevamos más de medio siglo fabricando soluciones de altura como escaleras de aluminio, madera y fibra de vidrio, que sirven desde pequeñas cuadrillas de albañiles hasta gigantes del sector aéreo o ferroviario. Y aunque haya quien piense que subir una escalera es tan intuitivo como respirar, cualquier profesional veterano sabe que no es así. La física, el equilibrio y la normativa tienen bastante más que decir. De hecho, hay una regla tan simple en apariencia como crucial en la práctica: la regla de los 3 puntos de apoyo. Esta regla no nació como capricho ni superstición de taller. Es de hecho una recomendación oficial en prácticamente todas las normativas europeas de prevención de riesgos.
La teoría cabe en una frase, pero la práctica sostiene vidas: siempre debes mantener tres puntos de contacto con la escalera. Dos manos y un pie, o dos pies y una mano. Nunca menos. Esta técnica mantiene el centro de gravedad más estable, reduce la torsión involuntaria y evita que la escalera reciba cargas desiguales que comprometan su seguridad. Es una mezcla de sentido común y biomecánica pura, pero como tantas cosas esenciales, se olvida con facilidad cuando la prisa aprieta o la tarea parece sencilla.
Y aquí viene el matiz que muchos pasan por alto: no basta con tocar la escalera. Los puntos de apoyo deben ser firmes, intencionales y continuos. La mano que apenas roza el larguero mientras se busca una herramienta en el cinturón no cuenta. El pie que pisa a medias porque se quiere ahorrar un escalón tampoco. Y menos aún los equilibrios acrobáticos que algunos instaladores hacen cuando creen que nadie los ve.
Según datos de múltiples servicios de prevención europeos, un porcentaje nada desdeñable de accidentes laborales en altura ocurre a menos de dos metros del suelo. Sí, justo donde más se confía uno. La regla de los 3 puntos es, por tanto, un antídoto contra la sobreconfianza. Una táctica pequeña que marca una diferencia gigantesca.
Además, esta técnica encaja a la perfección con el diseño estructural de las escaleras de aluminio y de fibra de vidrio fabricadas bajo la normativa EN 131, que contempla aspectos como la resistencia a la flexión, la estabilidad lateral o la calidad de los peldaños. Mantener tres puntos de apoyo permite que esas prestaciones funcionen como deben, sin forzar la estructura en ángulos para los que no está pensada.
El reto no es entender la regla, sino integrarla en tu forma de trabajar. A continuación, más que consejos genéricos, te dejo prácticas realistas que autónomos y operarios de distintos sectores pueden adoptar sin que les frene el ritmo.
Tareas eléctricas o de mantenimiento en puntos altos
Si necesitas usar ambas manos para manipular conexiones delicadas, evita hacerlo mientras estás en plena subida. Colócate en el peldaño adecuado, estabiliza tu base con dos pies y una mano, y solo entonces libera la otra para trabajar. La escalera no es una plataforma improvisada. Para eso existen las escaleras con plataformas superiores homologadas.
Instalación de cableado o telefonía en áreas estrechas
Aquí la tentación de retorcer el cuerpo para “llegar un poco más” es alta. Recuerda que la torsión puede desplazar el centro de gravedad lo suficiente para desestabilizarte. Reubica la escalera, aunque sea un minuto extra, y mantén siempre esos tres puntos sólidos. Cada giro extraño que evites es una caída menos esperando a ocurrir.
Trabajos en obra con herramientas pesadas
Cargar herramientas grandes mientras subes es un clásico error. Lo ideal es subirlas con sistemas alternativos como cuerdas o bolsas diseñadas para ello, manteniendo siempre dos manos libres para los puntos de apoyo. En el caso de escaleras de fibra de vidrio, muy utilizadas por electricistas, esta práctica evita golpes que pueden dañar los largueros y comprometer la integridad dieléctrica.
Operaciones industriales en entornos ferroviarios, náuticos o aeronáuticos
En estos sectores, las escaleras especiales como las plegables, móviles o con estructuras reforzadas siguen igualmente la misma regla. El hecho de que estén diseñadas a medida no significa que la técnica se vuelva opcional. De hecho, algunas empresas integran la regla de los 3 puntos como requisito interno obligatorio en su protocolo de acceso a zonas elevadas.
En Escaleras Arizona, fabricantes expertos en escaleras de aluminio desde hace más de 50 años, sabemos que detrás de cada operario que regresa a casa sin incidentes hay decisiones pequeñas que marcan enormes diferencias.
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