Guía completa de mantenimiento de tu Escalera Arizona: alarga su vida útil y garantiza su seguridad
En Escaleras Arizona, llevamos más de cinco décadas fabricando escaleras de aluminio, madera y fibra de vidrio que acompañan el trabajo diario de profesionales de gran parte del mundo. Desde talleres hasta hangares de avión, pasando por fábricas, obras o estaciones ferroviarias, nuestras escaleras están diseñadas para resistir el uso intensivo y ofrecer la máxima seguridad. Pero incluso la mejor escalera necesita un mantenimiento adecuado.
Cuidar una escalera no es una cuestión estética ni un simple gesto de “buen mantenimiento”: es una inversión en seguridad, productividad y cumplimiento normativo. A fin de cuentas, una escalera en mal estado puede ser tan peligrosa como una herramienta defectuosa.
Revisión y mantenimiento preventivo: la clave para una larga vida útil
Lo primero que hay que entender es que, normalmente, una escalera no se “rompe de repente”. Se deteriora poco a poco: un peldaño que se afloja, una goma antideslizante que se desgasta, una bisagra que empieza a ceder. Detectar esos signos a tiempo es lo que marca la diferencia entre una reparación sencilla y un accidente evitable.
- Revisa antes de usar.
Sí, puede parecer obvio, pero no todo el mundo lo hace. Antes de cada uso, dedica 30 segundos a comprobar que los peldaños están firmes, que no hay fisuras visibles y que las piezas móviles funcionan sin holguras. En las escaleras de aluminio, asegúrate de que los remaches y los perfiles no presenten deformaciones. En las de madera, vigila la aparición de grietas, humedad o astillas. Y en las de fibra de vidrio, comprueba que la superficie no esté delaminada ni agrietada, especialmente en los puntos de unión. - Limpieza regular.
El polvo, los restos de pintura o el barro pueden reducir la adherencia de los peldaños y provocar resbalones. Usa un paño húmedo y detergente neutro, evitando productos abrasivos o disolventes. En entornos industriales, donde la grasa o los aceites son frecuentes, limpia con regularidad para mantener el agarre óptimo. - Engrase y ajustes.
Las articulaciones y bisagras de las escaleras articuladas o extensibles deben lubricarse periódicamente. Usa grasa ligera o aceite de silicona, nunca aceites densos que acumulen polvo. Aprovecha para revisar tornillos y fijaciones: una simple vuelta de llave puede evitar una avería mayor. - Almacenamiento correcto.
No dejes la escalera tirada contra cualquier pared o a la intemperie. Guarda las escaleras en posición horizontal y sobre apoyos firmes, protegidas de la humedad y el sol directo. En el caso de las escaleras de madera, es fundamental evitar el contacto prolongado con fuentes de calor o agua, ya que podrían deformarlas o agrietarlas. - Sustitución de piezas.
Si detectas una pieza defectuosa, no improvises. Usa repuestos originales.

Seguridad y normativa: lo que todo profesional debe saber
Las escaleras son equipos de trabajo, y como tales, están sujetas a normativa. En España, las escaleras de aluminio, madera y fibra de vidrio deben cumplir con los requisitos de la norma UNE-EN 131, que regula tanto su diseño como su resistencia, estabilidad y métodos de ensayo.
Esto significa que, al adquirir o mantener una escalera, debes asegurarte de que:
- Lleva el marcado CE y el sello de conformidad con la norma UNE-EN 131.
- Se han seguido las recomendaciones del fabricante en cuanto a uso y carga máxima.
- Cualquier reparación o sustitución se ha hecho con materiales equivalentes y certificados.
Un aspecto que muchos profesionales pasan por alto es la inspección periódica. Según la normativa de prevención de riesgos laborales, las escaleras utilizadas en entornos de trabajo deben revisarse de forma regular y documentarse dichas inspecciones. En empresas con uso intensivo, por ejemplo, aerolíneas, talleres ferroviarios o astilleros, lo recomendable es realizar controles semestrales, o incluso trimestrales, si se detecta un uso intensivo o en condiciones adversas.
Y no está de más recordar algo: una escalera no deja de ser segura porque “parezca vieja”, sino porque ha perdido integridad estructural. Por eso, cuando una escalera supera su vida útil o muestra defectos irreparables, lo más responsable es retirarla. En Escaleras Arizona, siempre aconsejamos priorizar la seguridad frente a la nostalgia o el ahorro inmediato.
